Las preguntas podrás hacer si este cuento te sientas a leer.
(Una de las tareas para el Lunes 30 de abril, que no debes dejar de intentar)
Diego era un niño muy deseado, y cuando
nació́, en Sevilla (España), sus padres lo celebraron por todo lo alto con sus
más allegados, invitando a vino, tortas y tirando monedas por la ventana a los
niños. Quizás por eso, Diego creció́ siendo un niño obediente, responsable, disciplinado, discreto, solidario y
haciendo sentir a sus padres muy orgullosos de él.
Según
iba creciendo iba demostrando su pasión por la pintura: pintaba las paredes, los suelos, las
mesas, las piedras, y lo hacía tan bien y con tanta precisión que por eso sus
padres hablaron una noche.
—Juan,
deberíamos mandar a Diego al taller de Pacheco —dijo Jerónima.
—Tienes
razón, además de amigo es un gran artista y
Diego sería un buen discípulo —le contestó a su mujer.
A la
mañana siguiente llamaron al niño y le preguntaron:
—Diego, ¿te gustaría ir al
taller de Pacheco? Es un gran artista, él te enseñará́ a
pintar.
A
Diego se le iluminaron los ojos como
respuesta, y a los pocos días estaba en el taller de Francisco, que así́ se
llamaba Pacheco, muy feliz.
Enseguida
se dio cuenta el maestro que, además de ser un buen muchacho, Diego era un genio,
por eso lo dejaba pintar cuanto quería y lo educaba sin cortar sus alas y
creatividad.
Maestro
y discípulo se admiraban y forjaron una gran amistad, por eso cuando Juana, la
hija de Pacheco, y Diego, se enamoraron, fue acogido por esa familia como lo
que ya era: un hijo.
Por
entonces Diego empezó́ a ser famoso por sus pinturas y conoció́ a otros
pintores de renombre como Murillo y Zurbarán.
Francisco
Pacheco, que estaba muy bien relacionado socialmente, le presentó al rey Felipe
IV, quien pidió́ que le hiciera un retrato, y le gustó tanto que lo nombró pintor
de la cámara, el
cargo más importante al que puede aspirar un pintor del rey.
Después
pintó, entre otros muchos, el cuadro de Las lanzas o La Rendición de Breda y
Las hilanderas, pero su obra maestra, con la que alcanzó mayor fama, fue con
el cuadro de Las Meninas, hoy en el Museo del Prado, un
retrato de la familia real, en el que Diego se autorretrató, enseñando a todos
otro punto de vista.
ACTIVIDADES PARA EL CUENTO
1. Escribe
los nombres (sustantivos) propios
que aparecen en el texto. Primero busca y subráyalos con azul.
2. En
este cuento aparecen varios adjetivos
dirigidos a Velázquez (el adjetivo nos
dice cómo es el sustantivo, son palabras que describen al nombre, en este caso
nos dicen cómo era este pintor). Subráyalos con rojo y escríbelos aquí.
3. En
una parte del cuento hablan los personajes, para ello se utilizan los guiones
(-)
- ¿Qué personas hablan en esta parte del
cuento?
4. Vuelve
a leer la parte donde se ha destacado con negrita la frase hecha “se le
iluminaron los ojos”
- ¿Crees
que le salía luz por los ojos?, explica lo que crees que significa esta frase
hecha.
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